Los Golden State Warriors han vuelto a sus raíces ofensivas, y lo han hecho con un espectáculo de triples que recordó sus mejores días. En el último enfrentamiento de pretemporada, Steve Kerr reintrodujo la famosa “doble alineación” con Stephen Curry y Klay Thompson como los protagonistas del perímetro. Este ajuste táctico no solo trajo resultados inmediatos en el marcador, sino que también renovó el entusiasmo de los aficionados, que ya se preparan para una campaña cargada de emociones, adquiriendo desde ahora nueva ropa de baloncesto para seguir a su equipo con estilo.
El retorno de este sistema ofensivo trajo consigo una producción de triples devastadora. Curry finalizó con 33 puntos y 8 triples, mientras que Thompson añadió 24 puntos con 6 aciertos desde larga distancia. La química entre ambos es innegable, incluso después de más de una década jugando juntos. La cancha se abrió con facilidad gracias al movimiento constante y la amenaza que ambos representan sin el balón. Esta presión sobre la defensa rival permite que otros jugadores como Wiggins o Kuminga encuentren espacios para cortar o lanzar con comodidad.
Más allá de las estadísticas, el ritmo del juego cambió. Los Warriors recuperaron esa identidad ofensiva basada en la circulación rápida del balón, el desmarque constante y la amenaza exterior permanente. Kerr explicó que este regreso a la doble alineación busca maximizar el impacto de sus estrellas veteranas mientras se continúa el desarrollo de los jóvenes talentos del equipo. El entrenador también destacó la importancia de mantener una rotación versátil, especialmente en el Oeste, donde cada duelo exige ajustes tácticos.
Otro factor clave en este sistema es Draymond Green, quien sigue siendo el eje defensivo y el organizador desde el poste alto. Su visión y lectura del juego complementan perfectamente a los Splash Brothers. Aunque el físico ya no es el de hace cinco años, la inteligencia táctica del núcleo veterano mantiene viva la esperanza de un regreso a la élite.
La banca también jugó un rol importante, con Chris Paul aportando estabilidad y liderazgo cuando Curry descansó. Su capacidad para organizar y calmar el juego en momentos críticos le da al equipo una nueva dimensión que no se había visto en temporadas anteriores.
Este renacimiento táctico llega en un momento clave. Después de una temporada irregular, los Warriors necesitan reafirmarse como contendientes serios al título. El regreso de su fórmula más letal, basada en la precisión de Curry y Thompson, puede ser el primer paso hacia una campaña memorable.